Limpiar una encimera de granito puede ser una tarea bastante sencilla si se toma en cuenta su textura y acabado. En mi experiencia, la textura pulida del granito es la más fácil de mantener impecable. Un acabado pulido significa que la superficie es lisa y brillante, lo que permite que los residuos y las manchas se eliminen sin esfuerzo. Una vez, renové una cocina con una encimera granito que tenía un acabado pulido, y con solo pasar un trapo húmedo, la encimera parecía nueva constantemente.
Por otro lado, otros acabados como el granito flameado o cepillado pueden ser un poco más complicados. Estos acabados tienen superficies más porosas y rugosas, lo que significa que la suciedad y los líquidos pueden penetrar más fácilmente en la piedra. He leído en un estudio de la revista “Home Design” que el tiempo promedio que una persona dedica a limpiar una encimera de granito pulido es alrededor de 5 a 10 minutos al día, mientras que para un granito con textura más rugosa puede ser el doble.
De hecho, la porosidad del granito es un factor clave. Mi amigo Tomás, que trabaja en el sector de la construcción, me comentó que él siempre recomienda a sus clientes el granito pulido precisamente por facilitar la limpieza. Recuerdo que mencionó cómo ciertos productos químicos de limpieza pueden ser más efectivos en superficies lisas porque penetran mejor, eliminando el 99% de bacterias según las pruebas de laboratorio.
En términos de costos, optar por una encimera con textura pulida puede representar una pequeña inversión inicial adicional, en comparación con otros acabados más rústicos. Sin embargo, ese costo adicional se compensa con el ahorro en productos de limpieza y tiempo de mantenimiento a largo plazo. Según un artículo de “Granite World”, una encimera de granito pulido puede llegar a costar aproximadamente un 10% más, pero las encuestas de satisfacción del cliente muestran una mejora notable en la percepción de limpieza y facilidad de mantenimiento.
Otra cosa importante a considerar es el sellado de la encimera. El granito, sin importar su acabado, necesita ser sellado para mantener su resistencia a las manchas. Sin embargo, en granite con superficies rugosas, el sellado puede necesitar ser más frecuente, aproximadamente cada 6 meses, al contrario de las superficies pulidas, que pueden mantener su sellado efectivo hasta por un año. Mi tía, que tiene un negocio de remodelación de cocinas, siempre reitera esta práctica a sus clientes.
Incluso, un informe de la Asociación Nacional de Fabricantes de Superficies para Cocinas menciona que las encimeras pulidas suelen ser la opción más recomendada para cocinas donde se busca un mantenimiento sencillo y eficiencia en la limpieza. Y, con razón, porque la textura lisa ofrece menor fricción para las esponjas y productos de limpieza, lo que acelera el proceso.
Además, la percepción visual de limpieza en una superficie pulida tiende a ser más alta. No se trata solo de lo práctica que puede ser para limpiar, sino también de cómo luce. Las encimeras de granito pulido reflejan la luz, dándole a la cocina un aspecto más limpio y ordenado, lo cual es algo que he notado en las casas de mis amigos que han optado por este tipo de acabado. Manuel, un amigo arquitecto, siempre subraya el impacto visual y la mejora estética significativa que un acabado pulido puede aportar.
En conclusión, la textura de la encimera de granito afecta directamente su facilidad de limpieza, siendo las superficies pulidas las más amigables en este sentido. La inversión inicial adicional y el menor tiempo de mantenimiento son factores que hacen que la elección de una textura pulida sea económicamente viable a largo plazo. Y, por supuesto, no debemos olvidar el impacto visual y la sensación de limpieza que una superficie lisa puede proporcionar. Así que si estás considerando instalar una encimera de granito en tu cocina, mi recomendación sería optar por una textura pulida para facilitar la limpieza y el mantenimiento diario.